Un largo camino

 



    Llegó septiembre, ese mes en el que dudas si quieres que llegue o no.

    Comienzan las clases y se acaba el deseado y corto verano. Ese verano que esperaste con ansias. En el que aún no acabaran las clases y tu mente ya estaba tomando el sol en la playa, estando en el aula y sintiendo como el sol abrasador iba naciendo.

    Ese verano en los que todos o casi todos lo días estabas con los colegas. Empezábamos viendo a la querida España, en la milagrosa Eurocopa. Y acabamos durmiendo juntos, bueno, casi sin dormir.

    Estuvimos en la querida pista y en la calurosa playa. En ella jugamos con la pelota, con la arena y hasta al uno, ese juego de cartas al que todos o casi todos jugaron alguna vez en su vida. Parece que a alguien no le gusta mucho jugar tanto al uno, será por ganar raras veces, no saber jugar bien, o quizás es un simple no tener suerte… Dejémoslo en no tener tanta suerte.

    Miércoles 15 de septiembre, ves a todos tus amigos que echaste de menos y que no veías desde el último día de clase, ¿por qué será?, ¿las vacaciones fueron cortas?, ¿estuve demasiado ocupado?…

    Conoces a compañeros y profesores nuevos. ¿Me caerán bien? ¿Me aprobarán? ¿Me harán estudiar demasiado?

    Empiezan las semanas de sufrimiento, en la que dejas de quedar con los amigos hasta las doce de la noche por lo menos, para quedarte a estudiar para el próximo examen hasta la una, dos, o quizá tres de la madrugada. Esas semanas que te agobias porque no te sabes el tema para la prueba de mañana y que en otros dos días vuelvas a tener otra y otra.

    Pasa el tiempo… en unos meses si todo va bien ya no tendré que venir más a este instituto que me dio eses momentos únicos con los compañeros y amigos. Eses días de que no te apetece nada de nada venir aquí y que gracias a ellos te hacen el día. Eses días de lluvia por la mañana y que estás en la cama sin querer levantarte estando calentito bajo las sábanas y una manta. Eses días en los que el profesor pone algo en la pizarra digital, bajan los estores, apagan las luces y mientras los demás ven el vídeo que puso, tú estas luchando por no quedarte dormido. En fin, eses días.

    ¿Y qué fueron de las excursiones que nos prometieron? ¿La de Salamanca, Italia y Austria? ¿Los del 2006 no podemos hacer ningún viaje con amigos? Malvado covid, llegando de modo repentino, sin avisar, ¿qué pretendía conseguir este elemento? En aquel momento éramos un mundo feliz, bueno feliz… Enemistades, odios, agresiones al medio ambiente, injusticias, abusos, guerras y otras muchas catástrofes nos han acompañado y siguen presentes. Entonces, ¿por qué este invisible mal apareció en nuestras vidas?

     Por otro lado también empieza la deseada liga de fútbol, en la que solo quieres ganar, ganar y ganar con tu equipo. Comienzan las semanas de pequeños altibajos en las que te enfadas por hacer un mal partido. Esas semanas en las que te quedas bloqueado por no saber si estás progresando o si solo estás empeorando. Esas semanas de chaparrones en las noches fechadas y estás helado afuera practicando ese deporte que tanto me gusta, que tanto me llena. En el que cuando piso el césped me olvido absolutamente de todo. De solo querer pasarlo bien y mejorar cada día.

     Finalmente quería decir como pienso yo que es el mes de septiembre como tal. Es un mes tranquilo pero inquieto. Es confuso pero ordenado. Es infinito pero corto. Es callado pero ruidoso.

    En definitiva, es un mes enloquecido.

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