¿Somos todos realmente libres?
Pasan los días, pasan los meses, pasan los años... y seguimos siendo los mismo de siempre, sin cambiar nada de nada. Cada día me hago las misma pregunta: ¿somos realmente felices? Yo, como hombre, creo que sí. Puedo jugar a lo que quiera, puedo cosechar mi futuro, puedo decidir, etc. Pero, ¿las mujeres pueden? ¿Pueden jugar al fútbol, tenis, baloncesto sin ser criticadas? ¿Pueden decidir sobre su profesión u oficio? ¿Pueden decidir sobre su cuerpo? ¿Pueden decidir por sí solas?
Miles y millones de mujeres protestan cada año por tener esa libertad que todos los hombres tienen. Portestan por tener la misma igualdad de derechos. Protestan por querer llegar solas a casa por las noches sin tener miedo a que alguien les hagas daño. Protestan por no ser violadas ni agredidas sexualmente. Protestan por no ser discriminadas. Protestan simplemente por querer ser iguales a los hombres.
Alfonsina, la protagonista del cuento, fue una de esas personas que no paró de luchar para dedicarse a lo que ella quería, ser ciclista. Pese a ser sido insultada, discriminada, etc. Ella siguió hacia delante y consiguió dedicarse a lo que ella deseaba, por eso es un símbolo de lucha y resistencia para todas esas mujeres.
NEGRESCOLOR, Joan. Yo, Alfonsina
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